Snapdragon 8 Elite 2 listo para fabricación en TSMC, revela nuevo informe impactante

Eduardo Ruiz 22 enero, 2025

Qualcomm está preparando su próximo procesador insignia, el Snapdragon 8 Elite 2, que continuará su alianza con TSMC, empleando el avanzado proceso de fabricación de 3nm N3P. Esta elección pone de manifiesto la predilección de Qualcomm por TSMC frente a Samsung Foundry, a pesar de que anteriormente se había especulado sobre un posible cambio de proveedor.

Fuentes recientes han confirmado que el Snapdragon 8 Elite 2 llevará el número de modelo SM8850 y el nombre en código Kaanapali. Aunque al principio se había indicado que Samsung estaba intentando producir este chip bajo el nombre “KaanapliS”, la información apunta a que esta iniciativa ha sido cancelada, ya que “KaanapliS” ha desaparecido de los registros logísticos. En consecuencia, la producción ha sido reasignada a TSMC, que ahora manufacturará el chip bajo el nuevo código “KaanapaliT”.

Innovaciones del Snapdragon 8 Elite 2

El Snapdragon 8 Elite 2 promete incluir soporte para el conjunto de instrucciones SME de ARM, diseñado para mejorar las capacidades de procesamiento en tareas complejas. Esta mejora, sin duda, podría aumentar notablemente el rendimiento de un solo núcleo y posicionar a Qualcomm de manera competitiva frente al chip M4 de Apple.

Además de los avances que ofrece el nuevo proceso de 3nm N3P, se rumorea que el Snapdragon 8 Elite 2 podrá alcanzar velocidades de reloj de hasta 5.00GHz en sus núcleos de rendimiento. Las estimaciones iniciales colocan la puntuación de Geekbench en un solo núcleo alrededor de los 4000 puntos.

Aunque estas proyecciones nos dan una idea de lo que podemos esperar del Snapdragon 8 Elite 2, es crucial mantener un enfoque cauteloso, ya que tales afirmaciones son especulativas en esta fase. Las verdaderas capacidades y métricas de rendimiento solo se podrán verificar tras el lanzamiento de los chipsets y las subsiguientes revisiones de benchmarking. Los observadores del sector deben recordar que las puntuaciones de benchmark pueden no reflejar completamente el rendimiento en aplicaciones reales, lo que resalta la necesidad de evaluaciones prácticas tras su lanzamiento.

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