En la reciente conferencia de desarrolladores vivo 2025, vivo presentó OriginOS 6, su nuevo sistema operativo que llega acompañado de la integración del Blue River Smooth Engine. Esta novedad supone una profunda reingeniería del núcleo de Android en tres áreas clave: computación, pantalla y almacenamiento. Vivo destaca que no se trata de una actualización incremental, sino de una reconstrucción fundamental del sistema Android para superar las limitaciones tradicionales en la programación nativa de tareas y la gestión del almacenamiento. El enfoque de vivo busca optimizar el rendimiento del sistema en general, mejorando la experiencia de usuario en distintos escenarios.

En cuanto a la computación, uno de los retos más comunes en Android es la saturación del sistema de planificación de procesos, que genera retrasos incluso en tareas prioritarias y provoca una tasa de frames irregular. Para mitigarlo, vivo ha desarrollado el sistema «Supercore Computing» dentro de un marco de computación heterogénea. Este esquema global monitoriza de forma dinámica las cargas de trabajo de los núcleos del procesador y prioriza las tareas críticas. Incluso con todos los núcleos ocupados, puede reservar recursos de tareas rutinarias para mantener la operativa fluida de procesos esenciales. Las pruebas de referencia demuestran que esta tecnología aumenta significativamente la eficiencia, consiguiendo que un procesador de ocho núcleos rinda al nivel de uno de nueve núcleos. Bajo cargas pesadas, la velocidad de inicio de aplicaciones mejora un 11% y la apertura de 30 apps consecutivas se acelera un 14%.

vivo impulsa el rendimiento en OriginOS 6

En la parte visual, OriginOS 6 logra mantener una tasa estable de 120 fps en modos gráficos de alta calidad, sobre todo en juegos como Honor of Kings, que también se benefician de la posibilidad de hacer streaming en tiempo real a esta velocidad de frames sin interrupciones. Esta estabilidad es gracias a su tecnología de scheduling basado en la conciencia de frames. En almacenamiento, el Blue River Smooth Engine asigna zonas y canales dedicados para tareas VIP en CPU, memoria y unidades de almacenamiento, algo que mejora la fluidez del sistema. Por primera vez implementan un control unificado de memoria DMA, cerrando fisuras en la gestión que ralentizaban el rendimiento. Además, la máquina virtual y el recolector de basura han sido reestructurados para utilizar mejor la memoria, lo que duplica la velocidad de carga de datos y mejora en un 15% la recuperación de memoria bajo cargas exigentes.

En el apartado gráfico, vivo ha mejorado su conocido «GPU virtual» con una arquitectura de renderizado dual. Este método combina la arquitectura separada, adecuada para cargas moderadas, con una arquitectura unificada optimizada para tareas con picos repentinos de animación. Gracias a esto, presentan una mejora del 11% en la estabilidad de frames y un incremento del 35% en eficiencia de render durante uso intensivo. Además, vivo colabora con el juego Dark Zone Breakout para ofrecer trazado de rayos a 120 fps en todo el mapa, alcanzando un rendimiento cercano al de consolas en dispositivos móviles. Estas innovaciones forman parte del esfuerzo de vivo por llevar el cómputo en tiempo real y el rendimiento gráfico al siguiente nivel en Android a nivel de sistema.

Los avances que vivo introduce con OriginOS 6 y el Blue River Smooth Engine ponen de manifiesto una apuesta firme por mejorar la experiencia de usuario mediante la optimización en tres frentes clave: cálculo, gráficos y almacenamiento. El resultado es un Android más rápido, eficiente y capaz de soportar aplicaciones y juegos exigentes con una fluidez sin precedentes en móviles. Este paso adelante de vivo reafirma su posicionamiento como uno de los fabricantes que más potencia el ecosistema de software propio, buscando el equilibrio perfecto entre hardware y software para sacar el máximo partido a la plataforma Android.

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