DJI podría estar preparando para irrumpir en el mercado de cámaras mirrorless full-frame con un modelo que podría lanzarse a mediados de septiembre de 2025. Este nuevo dispositivo adoptará un diseño compacto al estilo telémetro y utilizará la montura L, lo que revela una estrategia clara de la marca para entrar en el segmento de equipo profesional de fotografía. La elección de esta montura abre las puertas a una amplia gama de objetivos de alta calidad, clave para acercarse a fotógrafos profesionales y avanzados.

DJI y su apuesta por la fotografía profesional

El diseño de esta cámara destaca por una forma más cuadrada, algo mayor que la Sony FX-3, conocida por sus prestaciones enfocadas al vídeo. A diferencia de la FX-3 y la Panasonic Lumix S9, orientadas principalmente a videógrafos, la propuesta de DJI pondrá el foco en la fotografía fija. Su visor electrónico estará situado en la esquina superior izquierda del cuerpo, un detalle que subraya una filosofía diferente respecto a otras cámaras L-mount que suelen llevarlo centrado. Este posicionamiento sugiere un enfoque más tradicional en la captura de imágenes.

Aunque no se han divulgado especificaciones oficiales, se espera que la cámara incorpore tecnología de sensor similar a la usada en la línea de cámaras de cine de DJI, como la Ronin 4D. Se habla de dos configuraciones posibles: una versión de alta resolución con 44 megapíxeles y otra más equilibrada con 24 megapíxeles, adaptándose así a diferentes exigencias dentro del mercado profesional. Esta dualidad sería un movimiento inteligente para atraer tanto a fotógrafos que priorizan detalle como a quienes buscan versatilidad.

Además, se baraja la inclusión de estabilización interna de imagen (IBIS), una función que ya se está convirtiendo en estándar en las cámaras sin espejo tope de gama. DJI aún no ha confirmado esta característica, pero su presencia iría acorde con la intención de posicionar este modelo en la gama alta. La estabilización interna es clave para mejorar la nitidez en disparos a mano alzada y en condiciones de poca luz, atributos muy valorados por los profesionales.

En cuanto al procesamiento del color, DJI podría aprovechar su colaboración con Hasselblad, reconocida por sus perfiles de color únicos. Esta alianza podría marcar diferencia en la calidad de imagen y reforzar la experiencia para creadores de contenido y profesionales que buscan un acabado con carácter propio. Este elemento es decisivo para competir en un mercado saturado de opciones y donde la fidelidad cromática es fundamental.

Con este producto, DJI se diversifica más allá de drones y equipos de cine hacia el terreno de la fotografía tradicional, mostrando sus ambiciones para competir directamente con marcas consolidadas en el segmento de cámaras sin espejo de formato completo. Queda por ver el precio y las especificaciones completas, que serán cruciales para valorar el potencial real de esta nueva propuesta.

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