Oppo rechaza tajantemente las acusaciones de Apple sobre robo de secretos de relojes

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Apple ha presentado una demanda en un tribunal federal acusando a un exempleado de la empresa de apropiarse indebidamente de secretos comerciales vinculados a la división del Apple Watch antes de incorporarse a la compañía tecnológica china Oppo. La demanda señala que Chen Shi, quien trabajaba como arquitecto de sistemas de sensores, accedió y descargó de forma ilícita datos sensibles justo antes de abandonar Apple. Oppo aparece implicada en el caso debido a la vinculación directa de Shi con la empresa china tras su salida de Apple, lo que añade un componente relevante a la disputa legal.

Intercambio de mensajes compromete a Oppo

Según la demanda, Shi no informó a Apple de su intención de unirse a Oppo y alegó que regresaba a China para atender a familiares. En ese período final, asistió a varias reuniones sobre investigación en sensores de salud y descargó 63 documentos confidenciales en horas nocturnas. Se alega además que transfirió estas informaciones a una memoria USB justo un día antes de su transición laboral. La situación se complica por el hallazgo de un intercambio de mensajes entre Shi y el vicepresidente de salud de Oppo, en el que Shi admite estar recopilando tanta información como fuera posible, recibida por parte del ejecutivo con un emoji de aprobación. Apple sostiene que este intercambio evidencia el conocimiento y la aprobación tácita de Oppo respecto al espionaje industrial.

En su respuesta a consultas, Oppo negó rotundamente cualquier implicación en actividades ilícitas y afirmó no haber encontrado pruebas que relacionen al empleado con las acusaciones. La empresa china remarca su respeto por los secretos industriales y la propiedad intelectual, comprometiéndose a cooperar con el proceso judicial y expresando confianza en que la justicia esclarecerá los hechos. Este capítulo legal se enmarca en un contexto donde Apple ha sido cuestionada por sus estrictas políticas de vigilancia interna, que incluyen monitorización física, vídeo y electrónica de sus empleados y revisiones de dispositivos en sus instalaciones, incluso de los no propiedad de la compañía.

Apple además enfrenta otra demanda presentada en diciembre por Amar Bhakta, empleado de la compañía en el área de publicidad digital, que cuestiona precisamente estas prácticas de vigilancia. Dada la capacidad de Apple para conservar registros detallados, la existencia de mensajes comprometidos no resulta sorprendente, independientemente de si se intercambiaron por dispositivos corporativos o cuentas personales. La confirmación de los hechos podría suponer un caso significativo de espionaje corporativo en el competitivo mercado de la tecnología wearable, donde Oppo es un actor emergente y Apple uno de los líderes indiscutibles.

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