Nokia ha iniciado una demanda por infracción de patentes contra Geely Group y sus cuatro marcas principales: Zeekr, Lynk & Co, Lotus y Smart, apuntando a 32 filiales repartidas en 18 países europeos. La acción legal se centra en patentes esenciales estándar (SEPs) vinculadas a tecnologías de comunicación celular, específicamente EP3799333, que abarca la asignación de secuencias de preámbulo para 4G/5G, y EP4090075, relacionada con la tecnología de conmutación de haces en 5G. Nokia alega que Geely está utilizando estas tecnologías patentadas en sus vehículos sin contar con la autorización correspondiente.

Este movimiento de Nokia supone una ampliación de sus esfuerzos por hacer valer sus derechos de propiedad intelectual en el sector de las telecomunicaciones, con especial foco en el ámbito automovilístico, donde la conectividad celular se ha convertido en un elemento clave. La patente EP3799333 ya fue objeto de litigios previos contra fabricantes chinos de smartphones como OPPO y vivo. Ambas compañías alcanzaron acuerdos de licencia cruzada con Nokia a comienzos de 2024, logrando acceso a las tecnologías 5G bajo términos pactados entre las partes.

Disputa de Nokia con Geely por licencias

Nokia ha declarado que en múltiples ocasiones ha ofrecido a Geely acuerdos de licencia justos y razonables, propuestas que han sido rechazadas por el fabricante automovilístico. Según Nokia, esta negativa sitúa a Geely en una posición competitiva injusta frente a sus rivales que sí cuentan con licencias legítimas. Ante este estancamiento, Nokia se ha visto obligada a recurrir a la vía judicial, aunque mantiene la puerta abierta a un diálogo constructivo para resolver el conflicto.

La disputa pone de manifiesto las crecientes tensiones a medida que los fabricantes de automóviles integran tecnologías avanzadas de telecomunicaciones en sus productos. También refleja los desafíos que enfrentan las multinacionales para navegar por un complejo panorama de patentes, especialmente cuando se trata de tecnologías consideradas esenciales para los estándares industriales. El desenlace de este caso podría tener implicaciones significativas para la aplicación y negociación de licencias en el ecosistema de vehículos conectados en Europa.

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