El mercado nacional de gafas inteligentes con IA ha experimentado un crecimiento muy notable en el lanzamiento de nuevos dispositivos en los últimos años. Estas gafas ahora incluyen funciones que van más allá de la simple visualización, integrando teleprompters, capacidades fotográficas, reconocimiento de objetos, traducción en tiempo real, navegación, monitoreo de salud y hasta sistemas de pago. Productos destacados como las Lingban de Rokid, las gafas inteligentes de Xiaomi o las DPVR de Dapeng están diseñados para acompañar múltiples escenarios de uso diario, demostrando que las gafas inteligentes no solo están ganando terreno, sino que también buscan adaptarse a diferentes necesidades cotidianas.

Gafas inteligentes: protagonismo de las grandes tecnológicas

Detrás de este auge en el sector de las gafas con IA se encuentra una gran actividad por parte de empresas que cotizan en bolsa, que están apostando fuerte tanto en la parte upstream como downstream de la cadena industrial. Nombres como Doctor Glasses, Water Shares, Haopeng Technology, Zhuosheng Microelectronics o Xingchen Technology están centrados en áreas clave que sustentan todo el desarrollo, desde el ensamblaje y servicios OEM hasta el diseño y producción de chips y tecnologías ópticas. Estas piezas son las que, en última instancia, forman la columna vertebral de la fabricación de gafas inteligentes y marcan la distancia tecnológica respecto a competidores.

Las previsiones de mercado ofrecidas por IDC apuntan a un crecimiento global sólido para estos dispositivos. Para 2025, se espera que las ventas en todo el mundo alcancen alrededor de 14,52 millones de unidades, lo que supondría un crecimiento interanual del 42,5%. La expansión en el mercado chino es incluso más agresiva, con un aumento proyectado del 121,1% y cerca de 2,91 millones de unidades. En este segmento destacarían las gafas con funcionalidades de audio y foto que podrían llegar a 2,16 millones, lo que implica un incremento del 178,4%. Por su parte, los dispositivos AR/VR se estiman en 742.000 unidades con una tasa de crecimiento del 38,1%.

Aunque las cifras y expectativas son muy prometedoras, los expertos no pierden de vista los desafíos que quedan por resolver antes de que las gafas inteligentes se popularicen entre el gran público. Problemas como la duración de la batería, la interacción usuario-dispositivo o la madurez del ecosistema aún frenan la adopción masiva. Los próximos tres a cinco años serán decisivos, y veremos avances en optimización de chips, integración con la nube y, sobre todo, en la creación de casos de uso diferenciados que puedan impulsar un verdadero punto de inflexión en la aceptación de estas gafas por parte de los consumidores.

El futuro de las gafas inteligentes parece brillante, pero está lejos de ser un camino sencillo. La evolución tecnológica deberá ir acompañada de soluciones prácticas y experiencias de usuario elevadas para que estas gafas pasen de ser un dispositivo de nicho a un artículo cotidiano para millones. Mientras las marcas y fabricantes intensifican esfuerzos en el desarrollo, nosotros como usuarios observaremos con atención cómo estos dispositivos van entrando en nuestro día a día.

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