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Las dudas sobre la fiabilidad del Snapdragon 8 Gen3 sacude a Tesla, Xiaomi y Huawei tras dura crítica de ejecutivo de FAW Audi

La polémica sobre si los chips de consumo, como el Snapdragon 8 Gen3, son adecuados para aplicaciones en automoción ha regresado con fuerza tras las declaraciones de Li Fenggang, vicepresidente ejecutivo de FAW Audi Sales. Li apuntaba que algunos fabricantes prefieren estos chips de consumo por su mayor potencia de cómputo y la percepción de que son seguros. Sin embargo, la filosofía de Audi es clara: un vehículo no es un producto desechable, y la seguridad del usuario debe estar siempre por encima de todo. Por eso, Audi evita apostar por tecnologías sin validar cuando la seguridad de los pasajeros está en juego, negándose a usar a sus clientes como conejillos de indias.

Así, esta postura ha generado bastante debate en redes, dado que ya hay antecedentes de chips de consumo en automoción. Tesla, por ejemplo, usa procesadores de AMD pensados para consumo en sus coches. También se sabe que modelos anteriores de AITO han incorporado chips de consumo de Huawei. Más atrás, algunos vehículos eléctricos usaron Qualcomm Snapdragon 625 y 665 en sus sistemas de infoentretenimiento. No es algo absolutamente novedoso, pero sí sigue levantando dudas sobre la fiabilidad y seguridad en entornos críticos.

Snapdragon 8 Gen3 y las certificaciones de seguridad en automoción

Expertos de la industria ya han evaluado el uso del Snapdragon 8 Gen3, por ejemplo en el Xiaomi YU7, que utiliza este potente procesador móvil dentro del coche. Cabe destacar que este modelo ha obtenido certificaciones esenciales como ISO 26262 y AEC-Q104, que son clave para garantizar la seguridad funcional en electrónica automotriz. La ISO 26262, en particular, no asegura un funcionamiento perfecto, sino que valida que si un componente fallase, no pondría en riesgo la integridad de personas ni agravaría las consecuencias. Esto es vital porque no basta con la potencia de un chip, sino con que esté integrado dentro de un sistema que garantice la seguridad.

La presencia del Snapdragon 8295 no implica por sí sola que un vehículo cumpla con la ISO 26262. Y al contrario, usar un Snapdragon 8 Gen3 no significa que no se cumplan esas normativas. Juzgar la seguridad automotriz solo por la certificación de un chip concreto es un error de concepto, malinterpretando el alcance real de estas normas. La clave está en cómo se diseña y se monta el sistema completo para que funcione seguro en el día a día, no en la etiqueta del componente individual.

El debate debe centrarse en la operación segura del vehículo en conjunto más que en demonizar o exaltar un chip por separado. La estrategia de Xiaomi con el Snapdragon 8 Gen3 en el YU7 demuestra que, siempre que el coche respete las normas de seguridad vigentes, la elección del procesador tiene sentido y no debería preocuparnos. La evolución de la automoción pasa por combinar potencia y fiabilidad, sin comprometer nunca la seguridad del usuario.

Fuente

Eduardo Ruiz: Amante de la tecnología, escribo para compartir una de las mayores aficiones que tengo y poder estar al día en el aspecto tecnológico.
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