Los últimos movimientos en el mercado automovilístico chino confirman que Xiaomi ha irrumpido con fuerza y ya supone un serio desafío para pesos pesados como Porsche y Tesla. Con el modelo SU7, Xiaomi ha logrado vender 157.400 unidades solo en la primera mitad del año, mientras que el recién lanzado YU7 acumuló nada menos que 240.000 pedidos en apenas 18 horas. La producción está en marcha y su “super fábrica” funciona a plena capacidad para absorber esta demanda feroz. Xiaomi no solo entra fuerte, sino que coloca la vara muy alta en volumen y velocidad de entrega, marcando un antes y un después en el competido segmento de coches eléctricos.

En cambio, Porsche y Tesla presentan un panorama de contraste y un descenso claro en el mercado chino. Las entregas globales de Porsche cayeron un 6% en los primeros seis meses, llegando a 146.391 unidades, pero la bajada en China es mucho más dura: un 28% menos y solo 21.302 coches vendidos, cuando antes este mercado suponía una tercera parte de sus ventas mundiales. En apenas medio año, las ventas de Porsche en China rozan la cifra de Xiaomi en un solo mes. El CEO de Porsche, Albrecht Reimold, reconoció incertidumbre respecto al futuro eléctrico de la marca en China, aunque luego la firma matizara que hay planes para un Cayenne totalmente eléctrico.

Xiaomi y el desafío a la ingeniería tradicional

La apuesta de Porsche sigue basada en el prestigio de marca y la experiencia de conducción, algo que su CEO defiende como factor diferenciador ante la “estrategia low cost” de Xiaomi, a pesar de que el SU7 Ultra presume de 1.584 caballos de potencia. Sin embargo, analistas del mercado y antiguos diseñadores de Porsche advierten que el rápido crecimiento de Xiaomi en China está dejando a Porsche a merced de su reputación, con ventas locales que bajaron desde 93.200 unidades en 2022 a solo 56.900 en 2023. Así, China ha pasado de ser mercado prioritario a situarse como el tercero en importancia para Porsche.

Tesla, por su parte, vive su propio vendaval. Después de 13 años sin caídas globales, acaba de registrar el primer descenso anual en entregas, con bajadas de dos dígitos en el primer y segundo trimestre. En el mercado chino, la caída fue del 11,7% en el segundo trimestre, totalizando 128.800 vehículos, y el acumulado semestral bajó un 5,4%, hasta 263.400 unidades. Inicialmente Tesla ligó esta situación a ajustes en la producción del nuevo Model Y, pero a base de incentivos y financiación sin intereses a cinco años, la recuperación del mercado sigue siendo una tarea pendiente y el ritmo de entregas sigue fluctuando.

El papel de Xiaomi en este contexto es clave. Su modelo YU7 reta directamente al Model Y de Tesla, no solo en diseño y tecnología, sino también en precio, algo que desestabiliza la supremacía que Tesla ha mantenido hasta ahora. Además, compiten con él startups con menos trayectoria, como XPeng con el G7, AITO con el M8, Zhiji y su R7 o Zeekr con el 7X, en un escenario que se vuelve cada vez más complejo para los gigantes tradicionales y donde solo quien se adapte rápido tendrá vida. Tesla incluso vio un pequeño repunte en junio de 2024 con un aumento del 0,8% en entregas en su fábrica de Shanghái, pero la volatilidad es la norma.

Gestión a contrarreloj en Tesla

Ante esta presión constante, Elon Musk ha vuelto a tomar el timón en ventas de Tesla a nivel global, al punto de pasar noches en la oficina para impulsar el rendimiento, recordando sus métodos durante los picos de producción. Por otro lado, Zhu Xiaotong, una figura clave con mucha experiencia en Tesla China, ha sido promovida a un rol global estratégico para ayudar en la recuperación general de la compañía, poniendo en evidencia que Tesla no escatima esfuerzos por revertir la situación.

La evolución del mercado chino de vehículos eléctricos deja claro que la competencia es feroz y que las marcas establecidas deben acelerar su capacidad de adaptación para no perder terreno ante nuevos actores que apuestan fuerte por la electrificación y la inteligencia en la movilidad con propuestas a la altura de las expectativas del consumidor actual. Xiaomi ha llegado para quedarse y, si nada cambia, el mapa del sector podría cambiar mucho en apenas unos años.

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