Los últimos resultados de Geekbench del procesador Tensor G5 de Google, probados en el Pixel 10 Pro Fold, arrojan luz sobre el rendimiento real del chip tras sus primeras pruebas con muestras de ingeniería. Los nuevos datos reflejan una puntuación de 2.276 en single-core y 6.173 en multi-core. Estos números demuestran que el Tensor G5 puede mantener frecuencias de impulso estables sin sufrir throttling, un paso adelante respecto a su anterior aparición en Geekbench, donde apenas alcanzó los 1.323 en single-core y 4.004 en multi-core. Evidentemente, esto indica una mejora palpable en su comportamiento bajo carga prolongada.
A pesar de estas mejoras, el Tensor G5 sigue quedando por detrás de los procesadores estrella que dominan el mercado actual. Para situarlo, el Snapdragon 8 Gen 2 Elite consigue 3.070 y 9.251 puntos en single-core y multi-core respectivamente, mientras que el MediaTek Dimensity 9400 registra 2.597 y 8.109. En cambio, el Tensor G5 se acerca más al rendimiento del Dimensity 9300 del año pasado, con 2.207 single-core y 7.408 multi-core. No es una mala referencia, pero deja claro que la última generación de Google no juega en la liga más alta, al menos en términos brutos de potencia.
Arquitectura y fabricación del Tensor G5
El diseño del procesador Tensor G5 es una configuración heterogénea bastante interesante: incluye un núcleo Cortex-X4 principal a 3,78 GHz, acompañado de cinco Cortex-A725 a 3,05 GHz y dos núcleos Cortex-A520 de bajo consumo a 2,25 GHz. A esto añade una GPU nueva de Imagination Technologies, la PowerVR DXT-48-1536. El Pixel 10 Pro Fold sirve como plataforma de pruebas con sus 16 GB de RAM y Android 16, un entorno que permite aprovechar al máximo esta combinación de hardware.
En cuanto a su proceso de fabricación, hay un pequeño misterio: según algunas fuentes, podría estar fabricado en nodos de 3 nm o bien 5 nm de TSMC. Esta transición debería implicar mejoras relevantes en eficiencia energética frente a la generación anterior. Sin embargo, el uso continuado de núcleos Arm algo antiguos condiciona el salto en rendimiento puro frente a los topes de gama rivales. Además, la integración de un módem Exynos de Samsung, en lugar de optar por soluciones de Qualcomm o MediaTek, puede tener repercusiones en la conectividad y el consumo general del sistema.
Aunque el Tensor G5 no es un salto radical en potencia bruta frente a la competencia, queda claro que Google quiere un equilibrio más centrado en la eficiencia y la integración dentro de su ecosistema Pixel. Por eso, el Pixel 10 Pro Fold será un dispositivo clave para analizar el comportamiento real, sobre todo en cuanto a consumo y autonomía, dada la evolución tanto en arquitectura como en proceso de fabricación que este chip representa. Veremos si esta apuesta equilibrada convence al público que busca algo más que solo números en benchmarks.
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