Con la mejora continua de los procesos de fabricación de semiconductores en China, la evolución de los chips Huawei Kirin está captando una notable atención en la industria tecnológica. Actualmente, el mayor avance en la tecnología nacional se concentra en el nodo de proceso N+2, mientras que la producción comercial a 5 nm todavía no se ha materializado, aunque los progresos en esa dirección ya están en marcha. Huawei sigue siendo un actor clave en este desarrollo, impulsando la mejora constante de sus procesadores gracias a estos avances en la fabricación.

El papel de Huawei y SMIC en la vanguardia del proceso N+2

Según fuentes del sector, en 2023 el mejor proceso de fabricación disponible para chips nacionales sigue siendo el nodo N+2 de SMIC (Semiconductor Manufacturing International Corporation). Este nodo supone una mejora significativa en rendimiento y coste con respecto a generaciones anteriores, sirviendo de base para la actualización de los procesadores Kirin. Por ejemplo, el análisis del Huawei Mate 70 Pro+ confirmó que su procesador fue fabricado bajo el proceso N+2 de 7 nm de SMIC, mostrando el compromiso de Huawei con esta tecnología para optimizar sus dispositivos de alta gama.

Comparativa técnica de los procesos N+1 y N+2 de SMIC

Ya en 2020, el doctor Liang Mengsong ofreció detalles cruciales acerca de las tecnologías N+1 y N+2. Respecto al nodo de 14 nm, N+1 aporta un aumento del rendimiento cercano al 20%, una reducción del consumo energético del 57% y una disminución del área lógica del 63%. Esto se traduce en una reducción total del área del SoC en un 55%. El proceso N+2 mejora aún más estos parámetros, aunque enfrenta retos mayores en cuanto a rendimiento y costos. En general, se considera que el N+1 de SMIC equivale al primer 7 nm de TSMC, y el N+2 estaría a la altura del 7 nm+ de la compañía taiwanesa, con el foco en elevar el desempeño del chip.

El avance y maduración del proceso N+2 permite que el desarrollo y actualización de los procesadores Kirin de Huawei continúe sin frenos. Esto refleja también los logros alcanzados en la cadena de producción de semiconductores nacional a nivel de procesos avanzados, acelerando la localización de chips de alta gama. Aunque la producción comercial a 5 nm aún no se ha conseguido, los avances tecnológicos en esta materia prometen que los nodos del proceso de fabricación nacional seguirán evolucionando hacia niveles cada vez más punteros.

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