Nvidia se prepara para dar un paso muy importante en el segmento Windows-on-Arm con el desarrollo de una nueva APU basada en arquitectura Arm, diseñada especialmente para portátiles gaming. Este chip, que vería la luz a principios de 2026, estará fabricado en colaboración con MediaTek y supone un movimiento estratégico para Nvidia, que busca expandirse más allá de las clásicas plataformas x86 que hasta ahora han dominado su línea de productos.

Nueva APU de Nvidia y MediaTek: especificaciones y rendimiento

Las primeras filtraciones apuntaban a que la APU tendría un TDP (potencia de diseño térmico) entre 80 y 120 vatios, pero la última información aporta un dato más conservador, situándolo en torno a los 65 vatios. A pesar de esta reducción en el consumo energético, Nvidia aseguraría que el rendimiento gráfico estaría a la altura de una GPU RTX 4070 para portátiles, gracias a una arquitectura basada en la generación Blackwell que la firma tiene en desarrollo. Aunque aún no hay confirmación oficial sobre la configuración exacta de la GPU, se supone que será una variante de los chips GB206 o GB207, pero con especificaciones algo recortadas.

En cuanto a la CPU, MediaTek apostará por núcleos Arm estándar, presumiblemente los sucesores del Cortex-X925, similares a los que veremos en el Dimensity 9500. Esta combinación de una GPU discreta potente con núcleos Lumex (antes Cortex) actualizados podría resultar en la APU Arm más potente que hemos visto hasta ahora en el mercado gaming móvil, superando claramente lo que ofrecen Qualcomm y sus competidores directos.

La alianza Nvidia y MediaTek y su impacto en portátiles gaming

Se espera que esta APU haga su debut en un portátil Dell todavía por anunciar, con una posible presentación durante el CES 2026 y posterior lanzamiento comercial. Aunque el foco principal serán los portátiles gaming, Nvidia y MediaTek también contemplan adaptar esta solución para dispositivos portátiles de juego, aunque aquí la eficiencia y gestión del consumo serán claves para mantener el TDP en 65 vatios. Este movimiento supone un cambio relevante en la estrategia de Nvidia y abre una puerta a dispositivos gaming basados en Arm que podrían encontrar su espacio en un mercado muy dominado por hardware x86, siempre que se consiga mantener un equilibrio adecuado entre potencia y eficiencia energética.

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