Con el anuncio de Arm sobre los nuevos núcleos computacionales Cortex-X925, A-725 y A520, y las nuevas tarjetas gráficas Immortalis-G925, Mali-G725 y Mali-G925, está claro que estamos a punto de presenciar una revolución en el sector de los microchips. Arm ha mejorado la arquitectura de las CPU con la segunda generación ARM v9.2 e introducido la plataforma Arm Compute Subsystem (CSS), que ofrece soluciones de hardware y software integrales para una mayor escalabilidad entre diferentes dispositivos.

Las nuevas CPU y GPU han sido diseñadas para adaptarse al paso de los 4 a los 3 nm, ofreciendo un aumento del rendimiento del +30% y un objetivo de velocidad de reloj del procesador de 3,8 GHz. Además, los 3 nm garantizan un aumento de la eficiencia energética de hasta un +30%. La CPU de referencia está compuesta por 2 núcleos Cortex-X925 + 4 núcleos Cortex-A725 + 2 núcleos Cortex-A520 con GPU Immortalis-G925 de 14 núcleos y RAM LPDDR5X-833.

Los nuevos núcleos Cortex-X925 ofrecen un aumento del +36% en el rendimiento de un solo núcleo en comparación con los núcleos Cortex-X4 y un aumento del +46% en inteligencia artificial. El rendimiento de los núcleos Cortex-A725 ha mejorado un +35% en comparación con los núcleos Cortex-A720, mientras que los renovados núcleos Cortex-A520 ofrecen una reducción del consumo del +15%.

La nueva GPU Immortalis-G925 promete un aumento del 37% en el rendimiento en comparación con la anterior Immortalis-G720, con mejoras del +52% en trazado de rayos y +34% en IA con un consumo reducido del 30%. Estas nuevas tecnologías debutarán en los primeros SoC de 3 nm, incluido el Snapdragon 8 Gen 4 y el Dimensity 9400.

En resumen, Arm está introduciendo soluciones innovadoras de CPU y GPU que prometen un salto sin precedentes en el sector de los microchips, ofreciendo mayor potencia, eficiencia energética y capacidad de adaptación a una amplia gama de dispositivos.

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